¿Quién soy yo y qué demonios hago aquí?
Habitualmente si te preguntas ¿“quién soy yo”? es probable que te respondas con lo de permanente hay en ti. Los aspectos que se repiten continuamente y te parecen permanentes. Sin embargo comportamientos, ideas y sentimientos cambian según las transformaciones del contexto familiar, institucional y social en el que vives. Cambias con la edad, conforme envejece tu cuerpo, cuando pasas de estatus de trabajadora a parada, cambias de estatus profesional...
La base de la experiencia emocional de tu identidad proviene de tu capacidad de seguir sintiéndote la misma a través de los cambios continuos. Debe tener lugar un proceso de articulación permanente de la novedad con lo antiguo. Lo nuevo debe ser percibido teniendo una relación aceptada con existente. El sentimiento de identidad permanece en tanto que logras dar a la alteración el sentido de continuidad. La construcción de la identidad no es un trabajo solitario e individual. Se modifica en el encuentro con el Otro, recíprocamente. Los otros te definen y tú te defines en relación a ellos. Mutuas definiciones se dan con mensajes verbales y no verbales, la elección de un vestido o de un peinado por ejemplo. Incluso cuando el Otro no mira, siempre hay una interacción, que se produce en el interior de un contexto, influyendo la relación con el Otro (entre dos personas o dos comunidades diferentes). Por eso es importante definir el contexto en el que se produce un encuentro. Con la misma persona la interacción será diferente si se produce en la piscina, en casa de tus padres, en la oficina, y si estás sola o en grupo; desarrollarás una relación diferente con otra española si te encuentran en España o en el extranjero etc.
En realidad, la pregunta es menos "¿quién soy?" que ¿"quién eres tú en relación a los demás?" y "¿quién son los otros en relación a ti?".
¿Tienes la respuesta a la pregunta titular? El argumento comenzaba en el post anterior, tu identidad.