Condicionantes de nuestros tropiezos
El día a día te pone en situaciones que te hacen comprender contenidos que no conseguiste integrar en su momento. No tengo claro si es la recurrencia en determinados obstáculos que, como una gota que cala la roca, termina por perforarla. Finalmente, aquello que no hacía sentido para ti, ni tenías presente, un buen día sucede un acontecimiento que hace conexión. Disculpas aquella falta de pericia didáctica de tu profesor, aquel sentido de ignorancia personal, según del lado donde pongas tus razones -por ejemplo.
Conformamos una sociedad y una cultura que sostiene su funcionamiento y su orden en base a un paradigma que está cambiando, en transición, pero se apalanca en la información consciente, un 10% de nuestra capacidad individual o colectiva.
Particularmente, me doy cuenta de la resistencia personal involuntaria que he tenido a ciertas situaciones y contextos donde encontrarte más expuesta emocionalmente. Tanto en el ámbito personal como en el profesional, he sentido comodidad en momentos de requerirse mostrar una ventana privada desde el punto de vista emocional, de una manera espontánea, sin significar mentalmente. Es decir, cuando expresas un sentimiento lo envistes de tus creencias, lo argumentas de razones mentales. Me viene a la cabeza un profesor, hace muchísimos años, que me indicaba… ¡pero deja la cabeza!.
Cada uno sin embargo, estamos en nuestro momento personal de desarrollo y somos capaces de responder a esta demanda de expresión directa, emocional, inconsciente… si nos lo permitimos. Si nuestra coraza de protección mental inspecciona y evalúa que no hay peligro, si se da cuenta de que es una bendición. Si eres capaz de dejar al margen tu ego y sentirte parte, como todo el mundo, con tu realidad particular, vulnerable y humana.
Situaciones encalladas que no progresan, también situaciones eventualmente simples pero que prenden una reacción desmesurada en ti, experiencias que se repiten con diferentes personajes… es tu inconsciente poniéndote a prueba en una nueva ocasión para superar esa dificultad que lograrás una vez hayas comprendido el mensaje o la enseñanza en la base inconsciente que esconde.
La mayoría de nosotros no prestamos atención a esta parte constituyente tan fundamental de todos, individual y colectivamente –como antes también he remarcado, el inconsciente que se expresa en nuestras emociones, en nuestro cuerpo.
Muchos ignoramos que en nuestro inconsciente se hayan inscritos conflictos no resueltos de generaciones anteriores de nuestra familia, las cuales están comprometiendo nuestro desenvolvimiento en estos contextos expresados.
“El secreto más importante que un niño puede vivir es que no ha estado en el vientre de la persona que cuida de él. En la adopción, por ejemplo. Es muy importante que la mujer pueda decirle a su niño que no lo ha llevado en su vientre. Si esto se dice desde un principio no habrá rechazo de esta madre”. / Enric Corbera
“Las experiencias anteriores a la concepción, o bien se integran a nivel sináptico, o se integran a nivel genético o en el ADN de la célula o bien en el ADN mitocondrial. La vida emocional de una mujer, antes de que conciba, entra también en la construcción del niño. Por eso, lo que es muy complicado de ser vivido es el secreto. Es como si el niño supiera cosas que no puede llevar a la conciencia y en general, no es nada bueno en el niño que viva en el secreto”. / Enric Corbera
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